Cristo vence! Esta es nuestra esperanza!
En la anterior edición de Passio Cristo Vive, iniciamos una trilogía de las virtudes teologales que finalizará con la edición de la revista de 2023.
Si con el título de Cristo Vive profundizamos en la virtud de la fe, este año con Cristo Vence lo hacemos en la virtud de la esperanza.
Cristo vence a la muerte. Es la esperanza de todo cristiano que sabemos que también un día, al igual que Jesucristo, resucitaremos alcanzando la vida eterna.
La esperanza de la Semana Santa de Gandia, pasa por poner a Cristo en su centro para que esta celebración no sea simplemente un conjunto de ritos o tradiciones antiguas que han sobrevivido al paso del tiempo, sino para que sea una realidad transformadora de nuestra existencia y que cada día nos acerque más Dios, y podemos vislumbrar una muestra de que eso es así en este número 70 de nuestra revista, que además de poner de manifiesto el sentido de la esperanza visto desde nuestras distintas cofradías, hemos dado un paso más allá apelando al corazón de los cofrades que nos han explicado, a corazón abierto, su modo de sentir la devoción a sus pasos, y si seguimos el hilo de esta forma de sentir y vivir, nos lleva directamente a la realidad absoluta de que Cristo Vence a todo, incluso a la muerte, único enemigo que era indestructible y que con el sacrificio de la cruz ha perdido su poder y dominio sobre el hombre.
En este número de Passio, como no podía ser de otra manera, hemos incluido una sección del Año Jubilar de San Francisco de Borja, con la que podemos conocer de manera más integral a nuestro santo patrón, combinando su faceta más humana y cercana, vista desde su propia casa, su aspecto como figura política influyente de la época y como hombre de Dios.
En el apartado de Memoria del Ejercicio podremos ver las actividades que se realizaron en un año muy especial, ya que a pesar del confinamiento, pudimos vivir una Semana Santa que podríamos calificar de histórica al desarrollarse hasta 70 actos en el interior de las parroquias y capillas.
Las hermandades llevaron a cabo sus penitenciales con procesiones claustrales en el interior de sus sedes, y además, los actos comunes organizados por la Junta Mayor de Hermandades también se realizaron en el interior de los templos, como el Santo Rosario que se celebró en la iglesia de Palacio y que comenzaba con un procesión claustral de los 18 hermanos mayores y camareras acompañado a la Virgen de la Soledad desde la capilla de la comunión hasta el altar mayor, lugar donde rezamos el rosario “de la pandemia”, la Solemne Eucaristía del Domingo de Ramos que presidió la imagen de la Entrada de Jesús en Jerusalén en el interior de la Colegiata, el Tríduo Pascual, el Via Crucis del Viernes Santo con las imágenes de Ntro. Padre Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de los Dolores, y que por primera vez cada estación fue leída por representantes de todas las hermandades, la Vigilia de Resurrección presidida por el Cristo Resucitado o la Misa de Resurrección en la que se produjo el Glorioso Encuentro del Resucitado y la Virgen de la Soledad, todo ello, vivido en el incomparable marco de la Colegiata de Santa María y con una participación más que considerable de los cofrades de Gandia.