Esta edición de Passio, bajo el título de Cristo Ama, cierra la trilogía que hemos desarrollado desde 2021. 

En Cristo Vive, pusimos la mirada sobre los signos de vida que encontramos en medio del dolor y el sufrimiento de Jesús en su pasión, y fuimos capaces de encontrarlos por la FE.

Cristo Vence, fue una síntesis de nuestra esperanza, esa que nos lleva a la resurrección en la que todos tendremos parte.

Cristo Ama nos muestra la caridad, la tercera virtud teologal y reflexiona no solo sobre las acciones que llevamos a cabo sobre este punto, sino que también sobre las que podríamos poner en marcha.

En San Pablo a los Corintios 13, nos explica «Si no tengo caridad, no soy nada». En el apóstol, la caridad es sinónimo de amor, de hecho en las nuevas ediciones de las Sagradas Escrituras, ya aparece así recogido. No se refiere a un amor entre esposos, ni entre amigos, es algo mucho más grande que esto, es la forma de amar del mismo Dios, sin reservas de ningún tipo, sin ningún límite, llegando incluso a la renuncia de uno mismo en favor de los demás.

«Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.» (Jn 3, 16) «Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos». (Jn 15, 12)

Las formas de amar que se nos proponen son profundas e intensas. A lo largo de los evangelios, en infinidad de versículos se nos invita al amor, a preocuparnos y ocuparnos de nuestro prójimo, sea quien sea, conocido o desconocido. De hecho, el mismo Jesucristo nos recuerda que «Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda» (Mt. 5, 23-24).

En definitiva, practicar el amor, practicar la caridad, es base fundamental para poder llamarnos amigos de Jesús. Las hermandades así lo entienden, y también hacen vida estas exigencias, por lo que tanto de manera conjunta, como por separado, emplean parte de sus recursos y su tiempo en aportar su granito de arena para mitigar carencias y necesidades del prójimo.